La dieta BARF, cuyas siglas en inglés significan “Biologically Appropriate Raw Food” o “Bones and Raw Food” (que en castellano se traduce como Acba: alimentos crudos biológicamente apropiados), es una dieta para perros y gatos que se basa en la alimentación cruda y natural, proporcionándoles una nutrición más cercana a lo que consumirían en la naturaleza.

Los perros y gatos, al ser carnívoros por naturaleza, están perfectamente preparados para consumir huesos crudos en su alimentación diaria.

En este artículo, te explicaremos las diferencias entre los huesos carnosos y recreativos, y por qué incorporarlos en la dieta BARF de tu peludo.

Los huesos carnosos son huesos blandos recubiertos de carne, grasa y, en algunos casos, de piel.
Son un componente esencial y sumamente beneficioso dentro de la dieta Barf de perros y gatos.
Cuando hablamos de huesos carnosos, nos referimos siempre a huesos crudos, y déjame aclarar que no son huesos peligrosos para nuestros animales.
Los huesos cocidos sí que son muy peligrosos, nunca debes dar huesos cocinados a tu perro o gato.
Los huesos carnosos aportan una gran cantidad de nutrientes esenciales, como calcio, fósforo, magnesio y otros minerales, que son fundamentales para el desarrollo de los huesos y la salud articular.
Es posible que encuentres en las marcas comerciales de Barf el hueso triturado o como suplemento para su ración diaria como harina de huesos natural.
La masticación de huesos carnosos estimula la producción de saliva y de enzimas digestivas. Siempre que tu perro tolere y disfrute con los huesos crudos en la dieta Barf, recomendamos darlos antes que cualquier suplemento.
¿Por qué motivo? Porque al masticar, se produce serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, que ayuda a la relajación y disminuye los niveles de estrés en nuestros peludos.
Y recuerda: no le des huesos pequeños a tu peludo que pueda tragarse sin masticar, especialmente si es ansioso al comer.

El uso de estos huesos está centrado en el entretenimiento y la limpieza de los dientes.
Los huesos recreativos actúan como cepillos de dientes naturales, disminuyendo la acumulación de sarro y por tanto, el mal aliento.
Además, entretienen a tu peludo mientras los está mordisqueando.
En este tipo de huesos la cantidad de carne que vas a encontrar es poca o nula.
Con 15-20 minutos de masticación al día es suficiente, ya que los perros pueden estreñirse si consumen un exceso de hueso en su dieta. Recuerda dar máximo 1 o 2 huesos recreativos a la semana y estar siempre presente mientras tu perro se come el hueso.
No todos los huesos recreativos son aptos para todos los perros, fíjate siempre que su tamaño sea superior a la boca de tu peludo.

Con la dieta Barf notarás muchos beneficios en tu perro o gato: una mejor digestión, un pelaje brillante, más energía y un sistema inmune fortalecido.
¡Todo gracias a una alimentación natural!

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